Rafa Peinado Díaz

Comprensión y tratamiento del dolor

El silencio y la verborrea

El día 10 fue el día de la salud mental.

Si fuésemos conocedores del Todo, experimentadores de la
Nada, conquistadores del “yo”, seres de nuevo enamorados, sólo
por designios de la Creación, si quedásemos de nuevo prendados
ante la Realidad, seducidos por el Momento Presente,
descubriríamos el remedio más antiguo y sanador, como medio a
la Paz y a la salud mental: el Silencio.

Silencio, ignoto silencio.

Sólo aquel que es incapaz de conocerse, habla y habla de otras
cosas, ignorando el silencio. Toda palabra separada de la fuente,
estancada en la memoria, edulcorada con la razón, está
contaminada. Es este gozo pálido que se torna verborrea el
primer síntoma de la ausencia de salud mental.

Silencio, ignoto silencio.

Habla y habla de otras cosas decía, diagnósticos y teorías, almas
y caras y vidas humanas olvidadas.
Todos los sonidos de la Naturaleza dicen lo mismo: “Soy”, y en
una sola Voz gritan al unísono ¡SILENCIO!

Silencio, ignoto silencio.

El silencio es el manantial.
Entre latido y latido, silencio.
¡El latido es su victoria!

Silencio, ignoto silencio.

 

La mayoría de las terapias son sólo ruido, hay tanto ruido como terapias, tantos diagnósticos como ruidos, tantos ruidos como sufrimiento.

Los sabios no utilizan palabras sino silencios, como decía en el
reel de esta semana: “tras hablar, no queda rastro de nada”.

Yo soy Eso
Aquí y ahora
Dios es Amor
Todo despierta así tras el silencio. Aquellos que no lo saben
llaman al silencio enfermedad.

¡Habla niño habla! te dicen, y te
enseñan a hablar; “Yo soy tímido, Yo soy…, Yo soy…”, ¡milagro!

Silencio, ignoto silencio.

Después de una consulta, silencio.
Antes de una consulta, silencio.
En la cúspide y en la bruma de una consulta, silencio.

Silencio en la escucha y en el diagnóstico.
Silencio en el encuentro, en el saludo.
La entereza no está en la palabra sino en el silencio, ¡Entérate de
ésto!

Silencio, ignoto silencio.

El silencio es el único testimonio que nos queda de nosotros
mismos. No hay sinónimos para el silencio.
Hay dos votos de silencio; el de la mente-la humildad, y el del
cuerpo-la pobreza. ¿Conoces alguno de ellos?
Cuánta cantidad de palabras hoy en día,
¿Cómo se puede así esperar algo?
¿Cómo se puede así mostrar algo?

Abordemos este asunto lo antes posible, EN SILENCIO.

Dejemos de poner palabras a todo, dejemos de ponerle palabras
al silencio. Sólo en la experiencia podemos encontrar el eterno y
superconsciente silencio.

Pd.: Todos los asuntos que abordo, y más aún cuando se trata de
salud mental, son justos en sus palabras y en sus silencios. Sólo
en los entornos donde el silencio natural vuelve, puede uno
expresarse sin las restricciones de la mente. No hay castigo más
grande que el silencio que impone el que no sabe, no hay
amenaza más grande para la mente que el propio silencio.

Silencio, ignoto silencio.

Gassho.

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