La falsa consciencia del hombre

La Naturaleza no está llena de nada, nada hay en ella, nada que tenga una intención,
que quiera ser otra cosa que Naturaleza. 

Si toda la Naturaleza no quisiera nada más que lo que es, Naturaleza, si quisiese otra cosa,
se perdería la Naturaleza, como se pierde el Hombre.

 

Hemos separado el interior del Ser Humano de su exterior.
Decimos así a menudo “estoy interiorizando algo”, acuñando de nuevo algo a la memoria,
colgando el milagro de la Vida a una falsa consciencia, pensamientos de gloria, sólo para unos.

 

Este interiorizar sólo puede ser solar para el hombre si es el resultado de
vaciar absolutamente todo lo que aparece como algo propio del hombre,
de esta raza que ha hecho del pensamiento calaña y de la forma aristocracia,
de esta raza resquebrajada, caída y alejada de la insondable mirada del ahora,
del privilegio de todos, el Aquí y el Ahora.

 

Interiorizar sólo puede ser la acción genuina de la Naturaleza vaciando toda idea e ilusión que aparece.

 

No hay interior ni exterior por lo tanto en la Naturaleza.
La Naturaleza es igual por todas partes la mires por donde la mires, todo es Naturaleza. 

 

Claro que existen formas, cuerpos, pero estas formas están vacías.
Es en la Naturaleza, en ese espacio vacío, donde todas las formas se igualan,
quedan igualadas, no por un pensamiento sino por su esencia.
Es esta nada dentro de todas las cosas la que nos permite experimentar el Todo
como una sola cosa, lo igual.
Por esta razón se le llama Vacío, y no Nada, porque el Vacío es anterior a la Nada,
como lo Real es anterior a la Realeza.

 

Naturaleza vacía, que vacía el vacío del Ser Humano,
que iguala el vacío del Ser Humano al suyo, lo interioriza.
Es interiorizar, así, volver a la Naturaleza.

 

La Naturaleza es ese Todo que se presenta ante nosotros vacío, pues en Él nunca hubo una aspiración,
un sueño, un credo, ni la más mínima especulación, rastro del hombre o de Dios.

 

El Ser Humano no se diferencia del resto de seres, pues no esta separado,
no es una cosa aparte de la misma Naturaleza.
Al Ser Humano se le dio la misma mente o consciencia que al resto de la Naturaleza,
una mente o consciencia vacía. Es la ilusión de éste, creerse diferente,
lo que le hace sufrir y permanecer en la diferencia, en las alturas;
la ilusión de las religiones y de las ciencias.
Es esta ilusión del Ser Humano,
creerse superior atribuyéndose la consciencia, su principal problema, rompecabezas.

 

Apercibamos, experimentemos el vacío dentro de nosotros mismos e igualémonos
al resto de la Naturaleza, así desaparecerá la diferencia entre lo de dentro y lo de fuera.
Y cuando no nos hayamos dado cuenta, cuando desaparezca la conciencia
de la que presume el Ser Humano como suya, todo será más sencillo, Naturaleza.
Las ilusiones de la mente desaparecerán, y todo será a partir de ese momento realidad sin más,
por fin Todo será realidad. 

 

Es la propia realidad, la consciencia de Todo, la que sacará al hombre de su inversión en la mente
y lo devolverá a la Naturaleza. La consciencia no está en la mente sino en la Naturaleza.

 

Este es el conflicto más antiguo que existe, hemos separado a la mente de la Naturaleza,
le hemos robado todo al hombre, y a cambio le hemos atribuido
una consciencia que no es más que ilusión, como su propia existencia.
No es el pensamiento el que nos separa y nos hace sufrir, sino haber separado
al pensamiento de la consciencia, y haber cargado así al hombre con la ilusión,- con el hombre,-
ilusión que arrastra a cuestas por no desprenderse de ella.
Es la propia ilusión de la consciencia la que hace que el hombre no desaparezca.

 

El todo que puede alcanzar la mente, sólo es soledad.
Es la intencionalidad del hombre
de alcanzar ese Todo a través de una falsa consciencia quien le arrastra a la soledad.

El vacío, no la consciencia, es la experiencia que trasciende al hombre y lo convierte en Naturaleza.

 

¡Me encuentro solo!, decimos, o ¡Me siento vacío!

Este vacío que experimenta el hombre solo es soledad,
es la sustitución del Todo por su mente, cuando la mente se quiere igualar al Todo,
cuando el hombre se pretende igualar a la Naturaleza a través de la consciencia.
Eso es la terrible soledad de tantos, aunque sólo sea la de uno. 

 

Pero cuando el Todo sólo se iguala al Todo, Y el vacío de la mente se iguala a la consciencia,
ya no resulta ni vacío, ni soledad, ni mente, tan sólo Naturaleza.

 

 

Naturaleza, vacío fuera de la mente, consciencia vacía, calma que prevalece, sin intencionalidad, Todo.

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