Rafa Peinado Díaz

Comprensión y tratamiento del dolor

La guerra

El otro día hablé del silencio. Hoy quería hablar de la guerra,
siguiendo el camino del silencio.


¿Cuál es el principal motivo de las guerras? ¿Los nacionalismos,
la política, la raza, el dinero…?

Todos los problemas del mundo, todas las guerras del mundo,
tienen el mismo origen, la ignorancia.
La ignorancia es el
resultado de dos factores, una falta de Luz o conocimiento de la
realidad y de uno mismo, y una falta de Amor, de unión, la
separación.

Muchas personas en consulta me traen sus conflictos, sus
problemas, y me preguntan; ¿Cuál de estas soluciones crees tú
que es la mejor?. Déjame ver, les digo, ésta no, ésta no, ésta
tampoco… ¿entonces cuál es la solución? me preguntan,
NINGUNA, les digo.

Cuando las ideas que los llevan al
sufrimiento, el origen de su conflicto, no se aproximan a la
realidad, cuando uno se separa de la realidad, no hay solución
que valga. Cuando existe un problema ya no hay solución.

Así, decía el otro día, “La Paz es siempre anterior a la Guerra”.

Cuando llega la separación, cuando actúa la neurosis como
protagonista, cuando deja de haber silencio y quietud, La Paz es
una utopía.

¡Silencio, no moverse, no seas ignorante!

Para conocer la realidad, primero hay que conocerse a uno
mismo. Este desconocimiento es el origen del conflicto, de la
verborrea, de la lucha, del ostracismo.

El otro día hablé del silencio, del conocimiento más elevado. Hoy
como decía, siguiendo su camino, quería hablaros del Amor.

¡No moverse! Repito, ¡no moverse! Ignota Quietud!


La quietud no es un estado mental, ni una postura, como
tampoco lo es el Amor. La quietud es el movimiento al acorde de
la Realidad, cuando todo responde al mismo tiempo, antes del
tiempo del “yo”, antes del movimiento. Es el movimiento natural
antes de la separación, antes del acento del pensamiento.

Sólo puede haber Amor cuando hay unión, cuando llega la quietud,
cuando todo gira al unísono.


¡Silencio, no moverse!

Ahora, aquí y ahora, antes de que nadie se mueva, antes de que
nadie cruce la frontera de la realidad con sus fanáticos
pensamientos, ¿Podemos comprender el origen del sufrimiento
y del conflicto?

Quizás sea este campo tan extraño que desde hace seis meses
piso, las redes sociales, por donde haya que empezar, donde hay
más movimiento y menos silencio, más conflictos.


¡Silencio, no moverse, no seas ignorante!

No hay producto más afín y propenso, mucho más que las armas,
a la guerra que la ignorancia, la falta de quietud y de silencio.

Así murió Federico García Lorca, no fueron las armas quienes le
mataron. Enalteciendo la Luz y el Amor, el silencio y la quietud,
murió. Producto de la ignorancia fue Juan Ramón Jiménez
asesinado.


No cruces la frontera, la guerra más cruel no está fuera.

Conócete primero a ti mismo, no seas ignorante. Descubre el
silencio y la quietud del momento presente,
no los busques tras la guerra, en el silencio y la quietud de la muerte.

No busques el silencio y la quietud fuera, en el otro, en la muerte del otro.

¡Quédate quieto y alumbra tu sombra!
¡Quédate quieto y alumbra la muerte!

¡Las guerras no solucionan nada, solo alargan la sombra!

¡Silencio, no moverse, no alargues tu sombra!

¡Yo no enseño nada!, todo es anterior al movimiento y a la
verborrea, como la Paz es anterior a la Guerra.


Como te prometí:

 

“No podía con los tapones de caucho, porque no me basta con no oír el ruido, sino que necesito oír el silencio”

Una consulta, o la formación que doy, no consiste sólo en quitar
un dolor de espalda, solucionar un problema de estómago, o
ayudar a alguien a que se quede embarazada, ¡que lo hacemos!,
sino sobre todo en ayudar a las personas a conocerse y acercarse
a la realidad, dejar de ser ignorantes.

Esa ignorancia que crea
tantos conflictos dentro y fuera del cuerpo, tantas guerras.

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