Rafa Peinado Díaz

Comprensión y tratamiento del dolor

La intensidad

Después de escribir el otro día sobre el nervio ciático y el nervio mediano, quería hablaros hoy de otra de las principales causas de los problemas vasculares en las piernas y el origen, a veces, de la compresión del nervio ciático por problemas de retorno dela sangre al hígado, La Intensidad.

La intensidad de las redes sociales.
La intensidad de los estímulos visuales.
La intensidad de la deshumanizada crítica.
La intensidad en el sexo y en el deporte.
La intensidad de la falsa espiritualidad.
La intensidad con la que se coloca uno, a veces, en las
vacaciones, delante del mar…


Y no hablo de la intensidad de los niños, ni de la intensidad del aire de primavera, ni de la intensidad del silencio o del suspiro tras el arrebatamiento de la calma.
No hablo de la intensidad de un hueso o una arteria, o un músculo o la intensidad de las huellas de nuestras manos impresas en este trozo de pergamino.

Hablo de la intensidad del Vacío.

Hablo de la intensidad que surge del contacto del ego con su propio vacío.
Hablo de la pérdida, del horror, del vacío en el que ha caído el vacío.


¿QUÉ ES EL VACÍO?
Para calmar el verdadero vacío hay que nutrir la serenidad, cultivar la paciencia, establecerse en la quietud, dejar definitivamente de moverse.

Cuando nos movemos dejamos de sentir lo que no se mueve, la esencia, lo que somos, y surge el apego al movimiento, al cuerpo. La intensidad, la densidad, es una de las propiedades físicas de la materia. Así la intensidad con que vivimos a veces no es la intensidad de la experiencia, del momento presente, sino tan solo una magnitud que designa la densidad de un cuerpo en ese momento. Es esta intensidad, y el apego a ella, la que cada
vez genera más vacío. De esta manera las emociones, a las cuales estamos tan apegados, reflejan la intensidad de la que hablamos, la densidad del cuerpo, del pensamiento como forma preestablecida, mientras los sentimientos reflejan la experiencia no sometida al cuerpo ni al pensamiento, la experiencia del corazón.


Así surge, a veces, el apego al dolor y al sufrimiento, es un tipo de intensidad también.

Forma es vacío y vacío es forma, nos enseña el Sutra del Corazón.
Y aunque parezca una paradoja o que el uno es el opuesto al otro, (como todo pensamiento o dualidad), solo establece la unión de cada cosa con el Todo, la interdependencia. Sin añadir ningún comentario más al enraizado Sutra del Corazón, es a través de esta comprensión, es en esta unión, en esta interdependencia, donde el cuerpo se colma y se abre a la experiencia. Y la intensidad, que al final siempre, siempre, se convierte en soledad, desvanece ante la presencia.

Comprendamos que es el vacío. Por miedo al vacío, ya no hay nada vacío. Un día un niño me pregunto, ¿Dónde puedo guardar un secreto? Tan sólo me quería decir, ¿Dónde queda aún un espacio vacío? En el Universo, le dije.

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