Sobre los caminos
El camino, a veces recto, a veces torcido, sigue siendo el camino.
El Sol, el Viento, la Luna, no son diferentes de su camino.
No hay un “yo” que recorre su camino.
Todos son caminos del Uno en su acción sobre la materia.
Y, como decía, hay caminos tortuosos y otros mas rectos.
Estos caminos no son los caminos que uno puede elegir, no son
los caminos de cada uno, sino los caminos de Uno, la vida de Uno.
“Sólo la sencillez en la acción y pensamiento puede liberarnos del pensamiento y la acción del ego."
Cuando aparece la sencillez,
cuando uno se vuelve campechano, el camino
no puede estar muy lejos.
Es en esa proximidad de cada uno con su camino, en esa
intimidad, es donde surge la vida privada, las confidencias, las
confesiones del Alma.
Ser sencillo es mantener la atención puesta en el momento
presente, el camino del Sol, del Viento y de la Luna.
No existe el camino de la salud y la enfermedad, ni el camino del
autoconocimiento. Sólo existe el camino de la intimidad y la
proximidad, el camino del encuentro.
La libertad no está en elegir cada uno su camino, sino en conocer
y aceptar el único camino, el momento presente.
Caminante no hay camino.
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