Rafa Peinado Díaz

Comprensión y tratamiento del dolor

Sólo es una cuestión de amor

El Amor es una realidad que tiene que tomar parte de una
formación, del conocimiento más elevado, más cotidiano, del
autoconocimiento, del autoretrato, del diagnóstico más sincero y
más cercano.
El Amor es la verdadera dimensión de nuestro cuerpo y nuestra
alma, la dimensión más elevada. No existe el tiempo y el espacio,
nunca y siempre son dos palabras inhumanas.

Sólo es una cuestión de Amor, sólo hay una dimensión, el Ahora.

Es difícil, a veces, creer en Dios, en Buda, en Shiva. Tan difícil, a
veces, como dejar de creer.
Es difícil, a veces, creer cuando llega la enfermedad, cuando se
aproxima la muerte. Tan difícil, a veces, como dejar de creer.
Últimamente, “a veces”, he dicho muchas veces. A veces es lo
que Dios quiere. A veces no será nunca lo que yo quiero, sino
cuánto quiero, cuantos “a veces” dejé de querer.
El Amor no es un acto, una acción, hacer o dejar de hacer. En el
Amor no hay a veces, ni nunca, ni para siempre, sólo Ahora.
Aquí y ahora sólo es una cuestión de Amor, nada más.
¿Cuándo dejaremos de creer, de sustituir el Amor por una falsa
fe (creo o no creo)? La Fe no tiene que ver con el creer, sino con
el Amor.

EXISTO PORQUE AMO
CREO PORQUE AMO
ESTA ES LA DIMENSIÓN DE LA AUTÉNTICA FE
ESTE ES MI VERDADERO ASIENTO, MI PEQUEÑO ZAFU
Un monje bobo

Sentarse a meditar es una cuestión de Amor, no una cuestión de fe, una creencia.

Cuando uno ama es así.
Cuando no, sólo es de otra manera.
Es el Amor la acción más elevada, la que nos arrebata, al
pescador hacia la Mar, a los unos hacia los otros, y a los otros
hacia el Uno.
El Amor es la Vida prestándose a, el cuerpo escotándose a, sin
necesidad de creer.
Pálpito, susurro, estirpe, llantina, cuna, puchero, sombras
chinescas del mismísimo, todo sólo es una cuestión de Amor.

Decían los alquimistas; “Cuando comienza el proceso de cocción,
la fuerza humana no puede trabajar en él. No es necesario
preguntarse dónde acaba el resultado, porque éste se asienta de
manera natural en su lugar”
Sólo es …

Hace 6 años, escribí el siguiente relato:
La vida pasa a cámara lenta.
Como un amanecer o un atardecer.
Es un regalo que se abre despacio, como se desviste uno ante los
ojos del otro o se pone uno el hábito ante los ojos de Dios.
Miles de caricias que se saborean con el tiempo, en la sala
sagrada, el lugar donde vivimos.
Antes de que llegue la hora del encuentro, de la unión del más
acá con el más allá.
Porque cuando llega ese momento, da igual cuántos besos
fueron, cuántos miedos tuvimos, Él nos dará el último abrazo,
nos contará el último cuento, perderemos hasta el último sueño
para ser para siempre lo que somos, lo que ninguna palabra
pudo nunca contarnos, un perpetuo abandono en Él, así llegará
el Amor.
Porque, como decía Santa Juana Jugan;
“DIOS ME QUIERE PARA ÉL”

PD.: 518 palabras de Amor

Compartir es vivir

× ¿Cómo puedo ayudarte?